Los movimientos del precio del crudo afectan al crecimiento y a la inflación de las economías a través de distintos canales. Un aumento exógeno de esta variable da lugar a un deterioro inmediato de la renta real de los consumidores en los países importadores netos de petróleo, que conlleva una contracción de la demanda doméstica, en términos agregados.
Por otra parte, dado el considerable peso del petróleo y de sus derivados en los consumos intermedios de las empresas, su encarecimiento supone un incremento de costes, que conlleva una presión adicional a la baja sobre la actividad y al alza sobre los precios de los bienes finales. Además, la elevación general de los precios y la contracción del crecimiento económico pueden verse intensificadas en el caso de que los trabajadores eleven sus demandas salariales para paliar la pérdida de poder adquisitivo, derivada de la subida de precios del petróleo. La importancia de estos efectos de oferta dependerá de factores como la sustituibilidad del petróleo en los procesos productivos y el grado de competencia en los mercados. La magnitud de los efectos de demanda y de oferta derivados de cambios en el precio del petróleo dependerá, además, de la intensidad y la eficiencia con las que se utilicen los productos petrolíferos. En este sentido, es importante diferenciar entre el empleo de dichos produc-tos para consumo final o como consumos intermedios y, en este segundo caso, separar los comportamientos diferenciales debidos a la composición sectorial de valor añadido, de los relacionados con distintas intensidades de uso de los productos petrolíferos en cada sector o actividad (atribuibles al grado de eficiencia energética).
El objetivo de este artículo es revisar la evidencia disponible sobre la dependencia del petróleo de la economía española y compararla con la del conjunto del área del euro. Para ello, en la segunda sección se ilustra brevemente la evolución del consumo de petróleo en la economía española y en la zona del euro, en términos agregados. A continuación, en la tercera sección se analiza la dependencia del petróleo de la economía española y de la UEM desde una óptica desagregada, valorando en qué medida su evolución ha sido consecuencia de cambios en la composición del valor añadido o de mejoras en la eficiencia energética de los sectores productivos. En la última sección se concluye.