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La descarbonización de la economía europea y la consecuente electrificación de la sociedad han situado a los mercados eléctricos como una de las piezas fundamentales del modelo energético europeo para 2030.
En este contexto, los mercados organizados ya están en proceso de adaptación al nuevo diseño europeo, a fin de permitir la participación dominante de las energías renovables y facilitar que el modelo centralizado se beneficie de los recursos distribuidos, así como de una demanda digitalizada y capaz de autoconsumir- generar de manera flexible. En definitiva, un nuevo modelo europeo donde la existencia de una señal de precio para la electricidad será más relevante para todos.
En diciembre de 2019, la Comisión Europea lanzó el European Green Deal con una estrategia transversal para conseguir la neutralidad de emisiones en 2050. Este ambicioso plan pretende contribuir a alcanzar los objetivos de clima a nivel global y aprovechar las oportunidades que brinda esta transformación para la economía de la UE.
Como parte de esta estrategia, la presidenta de la Comisión Europea ha anunciado una mayor ambición en los objetivos europeos para 2030. El nuevo objetivo de reducción de emisiones será de, al menos, el 55% respecto a niveles de 1990, un aumento de 15 puntos respecto al objetivo que fija el paquete de “Energía limpia para todos los europeos”…