La demanda mundial de energía pasó de aumentar un 5% a mediados de marzo a más del 50% a principios de abril. Y se espera que las medidas de contención disminuyan en los distintos países desde principios de mayo.
La demanda de electricidad cayó a los niveles más bajos desde que se decretó el confinamiento en las regiones, con reducciones dramáticas en los servicios y la industria, solo parcialmente compensados por un mayor uso residencial. Las economías basadas en servicios son las que más sufren, indicó Cozzi.
También la movilidad se ha reducido a una escala sin precedentes, y la demanda de petróleo ha ido en línea con esta caída. El transporte por carretera y la aviación han sido los más afectados. Juntos representan la mitad de la demanda mundial de petróleo.
Las estimaciones de la AIE apuntan a reducciones semanales de la demanda de energía del 17% de media, en el caso de un bloqueo parcial, y casi del 25% en un escenario de bloqueo total. La experta de la Agencia indicó que un mes más en las condiciones actuales, significaría una reducción adicional de la demanda global anual de un 1,5%.
La caída de la demanda de energía en 2020 será la mayor en 70 años. Según la Agencia, la demanda mundial de energía disminuirá un 6%, un retroceso siete veces mayor que el ocurrido durante la crisis financiera de 2009.
El carbón sufrirá el mayor descenso desde la Segunda Guerra Mundial, junto con fuertes reducciones de gas y petróleo. La energía nuclear se verá menos afectada por las medidas de bloqueo, mientras que las energías renovables serán la única fuente de energía en aumento en 2020.
La demanda mundial de electricidad caerá un 5% en 2020, el mayor descenso desde la Gran Depresión. Los impactos serán mayores en la Unión Europea y Estados Unidos, pero afectarán a todas las partes del mundo.
Por primera vez en 50 años, las tecnologías bajas en carbono superaron al carbón como la principal fuente de electricidad en 2019, y continúan avanzando en 2020.
En cuanto a las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía, la AIE estima que caigan casi un 8% en 2020, su nivel más bajo en una década, sobre todo por el uso reducido de carbón. No obstante, añadió Laura Cozzi, la experiencia indica que es probable que se produzca un gran rebote después de la crisis.