El estudio analiza las inversiones de las 33 mayores compañías del sector energético a nivel mundial por volumen de negocio entre 2018 y 2020, periodo en el que se realizaron 317 operaciones de inversión en 258 startups. Además, el informe revela que la cuantía de estas inversiones ha crecido desde 2008 a tasas anuales del 17%.
Arcadio Gutiérrez recordó que “una de nuestras actividades en la Asociación para acercar la energía a la sociedad es la presentación de estudios que puedan ser de interés, como este informe, en el que se analizan las tendencias de inversión del sector energético en startups tecnológicas. “Su contenido nos permite valorar oportunidades futuras teniendo en cuenta el desarrollo tecnológico y su potencial de crecimiento”.
A continuación, los expertos de NTT Data, David Cuesta y Michael Lawrie, explicaron que para la realización del estudio, se analizaron las inversiones de las 33 mayores compañías del sector energético en el mundo por volumen de negocio entre los años 2018 y 2020 y primera mitad de 2021. En este periodo se realizaron 317 operaciones de inversión en 258 startups con una edad media de entre 5 y 7 años.
6.000 millones de euros en inversión
Según este informe, las inversiones han dibujado una línea ascendente con tasas anuales del 17% desde 2008 y una cuantía total que rozó los 6.000 millones de euros. Sin embargo, la pandemia redujo la cantidad de alianzas e inversiones previstas.
Las compañías Oil&Gas realizan el 34% de sus inversiones en exploración y producción de refino, eficiencia, excelencia operativa y nuevos combustibles. La electricidad con un 30% de las inversiones, supone el segundo campo con mayor número de inversiones, seguido de la movilidad con el 25%.
Las empresas eléctricas, por su parte, realizan el 63% de sus inversiones en tecnologías dedicadas a la generación, distribución y comercialización de electricidad, y un 23% en movilidad.
Inversión por regiones
Los principales núcleos de inversión, teniendo en cuenta la localización de las sedes centrales de startups, se encuentran en Estados Unidos (California) y Europa (Alemania y Reino Unido). EE.UU. concentra el 48% de las inversiones, y Europa el 39%. España ocupa el cuarto lugar del ranking europeo con un 8% de las operaciones. Sin embargo, estos mercados están dejando paso a los países emergentes, destacando Oriente Medio con el 8% del total de las inversiones realizadas, Asia-Pacífico con el 3%, o Latinoamérica con el 2%.
El contexto internacional y la crisis energética han acelerado el desarrollo de nuevas alternativas frente a los modelos de generación tradicionales (gas y petróleo), como son los combustibles sintéticos, el almacenamiento de energía impulsado por las renovables, la digitalización, o el hidrógeno.
Por otro lado, el crecimiento de las energías renovables y la digitalización del sistema eléctrico aceleran el desarrollo de tecnologías de almacenamiento, principalmente en países como India, Italia, Australia, EE.UU., Chile, Alemania, Japón y Reino Unido. Las políticas nacionales de muchos de estos países están recurriendo al almacenamiento para reducir la dependencia de las importaciones de energía, mejorar la resiliencia de sus redes eléctricas y avanzar hacia los objetivos de descarbonización de sus economías.
Tendencias del sector y visión 2030
En definitiva, se espera que estos datos: volumen de inversiones, cuantía de las mismas, inversión de los fondos corporativos en startups (capital de riesgo corporativo -CVC por sus siglas en inglés-), continúen aumentando cada año incentivados por las ayudas y medidas gubernamentales destinadas a estos nuevos modelos de negocio.
La inversión directa en energías renovables a través de los fondos Next Generation en Europa, o la apuesta de Estados Unidos y Asia por modelos de producción, almacenamiento y movilidad menos contaminantes, pronostican un crecimiento exponencial en los próximos años. Destacaron seis campos en los que estiman que este crecimiento será mayor: la energía descentralizada, la digitalización, la movilidad eléctrica, el hidrógeno renovable, la captura de CO2 o la economía circular.
Nuevos modelos disruptivos y sus posibles aplicaciones incrementarán el valor del sector, como los combustibles sintéticos. En Europa y otras economías avanzadas el transporte terrestre ligero tiende al vehículo eléctrico, pero en el caso del transporte terrestre pesado, marino o en aviación, y en función de los países, la descarbonización requerirá de soluciones como los e-Fuels.
Este crecimiento también se ve impulsado por la consolidación de nuevos modelos de colaboración entre corporaciones y startups, de interés para ambas partes, al ofrecer menor riesgo y mayor independencia de startups, sin limitar su agilidad y desarrollo.
?Os animamos a leer el informe completo en: https://lnkd.in/dJpZDigV