75 alumnos que han cursado los diferentes másteres de Enerclub, especializados en finanzas de la energía, negocio y derecho energético, recibieron su diploma acreditativo. Durante los dos últimos años, cerca de 1.150 alumnos han realizado más de 80 cursos impartidos por Enerclub, convirtiéndose así en referencia formativa
Durante su intervención, Miguel Antoñanzas repasó las grandes tendencias del sector energético. Primero, desde el contexto energético global, ya que, a su juicio, “la energía no puede analizarse desde un prisma local, sino que hacerlo a nivel internacional resulta imprescindible”. A continuación, desde una perspectiva europea, “comunidad que marca las grandes políticas energéticas de todos sus estados miembro”. Y, por último, se detuvo en España, “donde vivimos momentos especialmente relevantes para la definición de nuestro devenir energético”.
España, al igual que el resto de países de la Unión, está plenamente comprometida en este proceso. Las numerosas medidas puestas en marcha desde hace años, van a permitir que alcance los objetivos medioambientales de la UE para 2020. Como dato, presentó el descenso de la intensidad energética desde el año 2004 hasta la actualidad. Durante el periodo 1990-2016, el PIB aumentó un 70%, mientras que las emisiones crecieron en un 13%.
Desde marzo de 2017, España está volcada en la elaboración de la Ley sobre Cambio Climático y Transición Energética y, de forma paralela, sobre el Plan Nacional de Energía y Clima requerido por la Unión. Para Antoñanzas: “esta Ley será la herramienta fundamental para, a través de predicciones y estimaciones de las principales tendencias energéticas a medio y largo plazo, definir cuál será el modelo energético que acordemos”. “Un modelo que tendrá el mayor impacto positivo en el medio ambiente, la economía, el tejido industrial y, en definitiva, en los ciudadanos”, afirmó.
Según el presidente de Enerclub, “este modelo debe ser consensuado y aceptado por todos, facilitar la estabilidad de la regulación y el estímulo de las inversiones, al tiempo que sea flexible para poder revisarlo y ajustarlo a la realidad del momento. Sin olvidar las pautas hacia una transición justa, que contemple a los colectivos y regiones más vulnerables y a las empresas, en los cambios que se van a producir”.
Los próximos meses serán fundamentales para determinar el futuro energético. “Estamos viviendo un momento apasionante en el mundo de la energía, en el que se producen cambios, reajustes, redefinición de las estrategias de los países, de las compañías, pero que también presenta grandes oportunidades”, concluyó Antoñanzas.