Comenzó su intervención recordando que no todos los puestos de trabajo permiten el teletrabajo, sólo los llamados “puestos del conocimiento”, y transmitió las pautas para la adaptación, en un ambiente de confianza, creando espacios para el crecimiento. Destacó que cada uno debe hacerse «el traje a su medida».
A través de las cuestiones planteadas por la especialista, los participantes identificaban sus condiciones para teletrabajar: ¿Trabajo de manera satisfactoria?, ¿tengo el ambiente necesario?, ¿me preocupa mi salud y la de mi familia?, ¿están definidos mis objetivos de empresa?, ¿hay un ambiente laboral de confianza o tengo que demostrar permanentemente que estoy teletrabajando?.
Ana Moreno abordaba diversos aspectos, desde si teníamos un espacio en el que poder trabajar correctamente; si la situación familiar nos permitía conciliar, bien porque tuviéramos niños pequeños a nuestro cargo o por la necesidad de cuidar a algún familiar, y como nos afectaba esta situación para realizar el teletrabajo. Sin olvidar la situación crítica en la que nos encontramos todos, y como repercute a nivel psicológico en cada uno de nosotros.
Ana Moreno aconsejó sobre cómo organizar el trabajo semanal; como buscar minutos de relajación y desconexión a lo largo de la jornada; como decir no ante determinadas tareas y situaciones; como motivarnos identificando aquellas cosas que nos gusta hacer, que se nos dan bien, para intercalarlas con las que no nos gustan tanto; tener claros nuestros objetivos; o la importancia de seguir gestionando y motivando a los equipos.
En conclusión, trabajar el “centramiento”, la automotivación, encontrar la ilusión y la proactividad, entendida como la respuesta decidida en el micro intervalo de tiempo que pasa entre reaccionar o no reaccionar.
Asociación Española de Mujeres de la Energía