Arcadio Gutiérrez destacó en su intervención que este es “un informe con perspectiva y gran relevancia” que ha ido evolucionando hasta convertirse en una guía sobre tecnologías energéticas que cubre una amplia variedad de sectores, basándose en el análisis de aproximadamente 800 tecnologías. El director general de Enerclub añadió que “muchas de ellas deben estar disponibles en 2030 para acceder a las inversiones necesarias para alcanzar los objetivos de neutralidad de emisiones”, tal y como indica la Agencia.
Araceli Fernández resaltó que un número creciente de países se están comprometiendo a alcanzar los objetivos de cero emisiones netas en las próximas décadas, pero añadió, “lograr estos objetivos garantizando la seguridad energética es un gran desafío”. Los avances producidos en energía solar fotovoltaica, eólica, o en el desarrollo de las baterías, ha reducido significativamente el coste de la electricidad renovable y de los coches eléctricos.
Para logar este reto, indicó la experta de la AIE, se requerirán muchas más tecnologías, y realizar importantes esfuerzos en tres áreas: sobre las instalaciones existentes de generación de electricidad e industriales; la innovación en energías limpias, y sobre las infraestructuras que permita una rápida implementación de tecnologías nuevas y emergentes. El sector de la energía y de la industria pesada juntos representan alrededor del 60% de las emisiones actuales de las instalaciones energéticas existentes.
Alcanzar cero emisiones netas requiere también hacer frente a las emisiones de instalaciones con larga vida útil en generación de electricidad e industria intensiva. En Asia emergente, el 80% de las plantas eléctricas que utilizan carbón actualmente fueron construidas en los últimos 20 años. Muchas plantas industriales son todavía jóvenes, como en el sector del hierro, el acero o el sector químico. La capacidad de producción China, explicó, con una edad media, concentra más del 50% de la capacidad productora mundial en los principales sectores industriales.
“Estamos ante una oportunidad única para reorientar el futuro”, afirmó Araceli Fernández. Las tecnologías críticas, como las aplicaciones industriales relacionadas con el hidrógeno y la captura, uso y almacenamiento de CO2 (CCUS, por sus siglas en inglés), deberían estar disponibles a escala comercial en 2030 para aprovechar el siguiente ciclo de inversión. « Centrarse solo en el sector energético, no será suficiente para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas”, recordó. “Los avances en tecnologías limpias en el sector eléctrico y en los coches eléctricos son alentadores, pero insuficientes por sí solos para alcanzar este reto. Será necesario un amplio abanico de tecnologías para lograr una transición de cero emisiones netas ».
El progreso tecnológico de energía limpia requiere innovación. Casi la mitad de la reducción de emisiones necesarias para llegar a cero emisiones netas en 2050, dependen de tecnologías que aún no se comercializan. El porcentaje es aún mayor en el caso de la industria intensiva y del transporte de larga distancia. Para alcanzar la neutralidad climática es también necesario un gran impulso en el desarrollo de infraestructuras que permitan incorporar energía limpia a “una escala sin precedentes”. “Los cambios significativos en el comportamiento del consumidor pueden mejorar, pero no eliminar, estas necesidades”, añadió.
Los gobiernos tienen un papel decisivo. Los mercados son vitales para movilizar capital y catalizar la innovación, pero no lograrán por sí solos alcanzar cero emisiones netas. Según la AIE, las medidas políticas eficaces deberían abordar cinco áreas fundamentales: hacer frente a las emisiones de las instalaciones existentes; fortalecer los mercados para las tecnologías limpias en una fase de adopción temprana; desarrollar y mejorar la infraestructura que permita la implementación de tecnología; impulsar el apoyo a la investigación, y desarrollo, y una mayor colaboración internacional en el ámbito tecnológico.
Informe disponible en: Energy Technology Perspectives 2020