Según este informe, lo que se traduce en una década de estancamiento del consumo de carbón. Entre sus principales conclusiones, destaca cómo en 2016 se constata por segundo año consecutivo un descenso de la demanda de carbón en un 1,9% respecto al año anterior, debido principalmente a los bajos precios del gas, al aumento de penetración de renovables y a las inversiones llevadas a cabo en eficiencia energética.
La AIE pronostica que, si bien la demanda mundial de carbón se mantendrá estable hasta 2022, la participación del carbón en la matriz energética mundial disminuirá hasta el 26% ese mismo año, partiendo del 27% registrado en 2016, debido, fundamentalmente, a la baja demanda en comparación con otros combustibles. Aunque la generación de electricidad a partir de carbón aumenta en un 1,2% por año desde 2016 y hasta 2022, su participación en el mix eléctrico se reducirá a menos del 36% en los próximos cinco años.
Con respecto a la Unión Europea, el responsable de la Agencia expuso que actualmente sólo representa el 6% de la demanda mundial y pronosticó que “su peso será cada vez más marginal”.
Destacó también la necesidad de aplicar medidas urgentes para respaldar las tecnologías de Captura, Transporte, Utilización y Almacenamiento de Carbono que, a pesar de haber dado pasos importantes el pasado año, aún están muy por detrás de otras tecnologías bajas en carbono.
Respecto a otras zonas geográficas, la demanda de carbón cayó en China, Estados Unidos y la Unión Europea en 2016, pero aumentó en India y otras partes del sudeste asiático, que no mostraron signos de desaceleración. Carlos Fernández expuso que, a pesar del rápido crecimiento de las energías renovables, se espera que la generación eléctrica de carbón en India crezca cerca de un 4% anual hasta 2022.
Si bien la India será cada vez más importante para los mercados mundiales de carbón, China seguirá siendo clave. El aumento de la demanda de carbón de China y de sus importaciones en 2017, provocaron una subida de los precios. A pesar de las reformas políticas chinas, encaminadas a las energías renovables, la influencia de esta región sobre los precios internacionales del carbón para mantener su estabilidad, seguirá siendo decisiva.